sábado, 15 de marzo de 2014

La Inflación, las Paritarias y el Impuesto a las Ganacias y como influyen sobre el salario

La Inflación estimada para enero según fuentes de la oposición en el Congreso de la Nación fue del 4,61% (1), esto significa que en los últimos doce meses acumuló 30,78%. Se trató de las variaciones más altas desde marzo de 2002 para un solo mes y desde marzo de 2003 para todo un año. Fuerte gravitación del ajuste de las tarifas del transporte pero también fueron relevantes los incrementos de precios autorizados en los productos electrónicos, electrodomésticos, y alimentos por efecto del salto devaluatorio del 24 de enero. Además, gravitó en el mes el efecto de la entrada en vigencia del nuevo régimen de impuestos internos para los automotores y motos de alta gama, y su efecto derrame sobre las pólizas de seguro.

Informe del Congreso Nacional
A ese momento los legisladores de la oposición volvieron a reclamar al gobierno nacional la elaboración de un plan antiinflacionario, el cual no puede sustentarse exclusivamente en la profundización de los controles de precios y la suba de las tasas de interés.

Ya en Febrero el relevamiento que realizaron las consultoras privadas y que difundieron desde de la oposición; detectó el mayor incremento en 23 años para este mes, siendo del 4,3% (2).

Vale aclarar que el Indec dará a conocer el 17 de marzo próximo por segunda vez el Índice de Precios al Consumidor Nacional urbano (IPCNu), referido al mes de febrero, mientras se acumulan las especulaciones y estudios públicos y privados sobre el ritmo inflacionario.

Jorge Capitanich y Miguel Bein
EL viernes pasado el economista Miguel Bein generó una fuerte polémica por el impacto de la inflación sobre los salarios en los primeros meses del año, el economista en una publicación aseguró que el salario viene perdiendo poder de compra debido al avance de la inflación.

Eso motivó que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; cuestionara con dureza al economista Bein,  recordemos que este último había sido multado en 2011 por el ex secreatario de Comercio  Guillermo Moreno por medir un índice de inflación más alto del que entonces marcaba el Indec., "Muchas veces los análisis económicos ven una foto en un  instante dado y no observan la película completa", dijo Capitanich al ser consultado en su habitual conferencia de prensa sobre el último informe que dio el  estudio del economista, en el que se advierte que los salarios ya perdieron un 10 por ciento frente a la inflación en lo que va de 2014.

Lo cierto es que Miguel Bein expreso en su informe que "el salario real cae 10 por ciento en la coyuntura porque se trata de comparar precios nuevos con  salarios viejos (de 2013), es decir, sueldos que no fueron  actualizados por las paritarias".

"Todos los años se produce una caída estacional del 10 ó 12 por ciento del salario real. Con las paritarias, suben los salarios reales un 15 por ciento", precisó y agregó que en su último informe se señaló "una caída anual del 2,9 por ciento del salario  real".

O sea que podemos suponer que los aumentos que logren los trabajadores por imperio de las paritarias no lograran recomponer el poder adquisitivo del salario y a esto debemos agregar la incidencia del “impuesto a las ganancias”, en su momento la suba del mínimo no imponible de septiembre de 2013 alivió la situación de muchos, pero trajo fuertes inequidades; así se observa como cada vez más empleados pagan la tasa máxima por efecto de la inflación. Un informe económico (4) consigna que la última modificación del Impuesto a las ganancias, anunciada en agosto 2013 pasado, y que fue la tercera dentro de un mismo año fiscal. El decreto 1242 fue en general bien recibido, dada su implicancia más significativa: se liberaba del tributo a los empleados y jubilados que en los primeros ocho meses de 2013 habían cobrado salarios o haberes brutos (antes de los aportes a la seguridad social) no mayores a $ 15.000. Pero la medida del Poder Ejecutivo -anunciada dos meses antes de las elecciones legislativas y leída por muchos como oportunista y de redacción desprolija- hizo sus aportes a la inequidad.

Para quienes quedaron obligados a tributar, el esquema perdió progresividad: con un salario sujeto a la imposición y cercano al mencionado umbral de exclusión, ya se paga una de las tasas más altas, en tanto que es cada vez más fácil alcanzar la alícuota superior de la escala. Esto provoca que tienda a crecer la proporción de empleados con la imposición máxima (un 35% sobre un determinado monto, que en la práctica tiene un peso de hasta alrededor de 25% del ingreso neto), aunque la evolución del poder adquisitivo no justifique el alza de la presión. Esto tiene como raíz el congelamiento, por más de una década, de los niveles de ingresos usados para determinar la alícuota.

En otra parte del informe se manifiesta -“que la normativa necesita ya una adecuación, según advierte Marcos Verdún, jefe de Asesores Tributarios del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires, en coincidencia con varios colegas. Verdún señala que quienes quedaron al margen del impuesto pueden haber cobrado gratificaciones extraordinarias que, más allá de su cuantía, estuvieron libres de la carga fiscal. Y agrega que, cerca del límite de los $ 15.000 puede haber situaciones en las que quienes tienen un sueldo bruto mayor terminan con menos dinero en su bolsillo que quienes perciben un ingreso bruto inferior”.

“Un ejemplo para 2013: un empleado con $ 15.000 de salario bruto mensual pagó $ 8652,55 anuales (en septiembre fue exceptuado de la carga), mientras que otro con un ingreso de $ 15.500, tributó $ 14.754. Cuenta final: el empleado con sueldo bruto más bajo recibió en su billetera, en todo el año, $ 707 más que el que partió de una remuneración mayor. La distorsión se agrava si se supone que, para enero, recibieron una suba salarial de 15 por ciento. En tal caso, quien antes ganaba $ 15.000 sigue sin impuesto aunque perciba $ 17.250, mientras que quien llegó a un sueldo bruto de $ 17.825, aporta $ 1134,14 y se queda, solo en un mes, con $ 656 menos que el otro.”

Si bien muchos esperaban novedades normativas para 2014, hasta ahora no las hubo. Ante la necesidad de liquidar los sueldos, se toman los criterios del controvertido decreto de agosto de 2013. Expresan que consultaron a la AFIP respecto de posibles medidas, pero no hubo respuesta.

Al efecto desde la línea radical La Pisarello, el diputado nacional Luis Sacca (UCR-Tucumán) y el legislador provincial Fernando Valdez reclamaron pautas claras para que se puedan destrabar las negociaciones paritarias con los agentes estatales.

"La discusión paritaria va de la mano con el aumento del mínimo de Ganancias, ya que de lo contrario este tributo se comerá gran parte de los aumentos, y el resto lo hará la inflación, que se proyecta este año alrededor del 40%", aseguró Sacca. Seguidamente apuntó: -"El Congreso de la Nación no toma la responsabilidad constitucional de legislar sobre esta materia, y permite que la presidenta fije arbitrariamente y por decreto los cambios en estos impuestos, que terminan perjudicando a gran parte de la clase media argentina que carga con la parte más pesada del modelo”.

A su turno, Valdez (recién asumió la banca en la Legislatura de Tucumán), se apoyó en estos argumentos para declarar como "justo el reclamo de sectores de estatales tucumanos como el docente y el de la salud que sólo piden el mismo trato que recibieron los policías en diciembre pasado. A partir de este antecedente, cualquier aumento por debajo del 35% es inmoral. Este debería ser el piso". Además advirtió que "está seriamente comprometido el dictado del ciclo lectivo en la educación superior. El gobierno nacional cerró las paritarias hasta julio, y en los últimos meses, entre la devaluación del 20 por ciento y la inflación del 3% mensual, los profesores están entrando en una situación de desesperación. Los paritarios del gobierno no pueden desconocer estos datos de la realidad".


Valdez y Sacca tambien citaron el informe realizado por  el Estudio Bein, generalmente vinculado al gobierno nacional, y donde como dijimos arriba se determinó que en los últimos cuatro meses, el salario real cayó un 10%. Así concluyeron: "Esta es una muestra más de que la adecuación del rumbo económico que intenta el gobierno es en realidad un ajuste, y por lo tanto, como siempre, la cuenta de la fiesta la terminan pagando los trabajadores”.







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