martes, 7 de febrero de 2012

Las cosas por su nombre…


    Todo gobierno democrático debe ser pluralista, respetuoso de las minorías, del sistema republicano y representativo y fundamentalmente respetuoso del “mandante” que es el pueblo o sociedad que le confirió la responsabilidad de dirigir los destinos del Estado; convirtiendo lo a este en arbitro social, ayudando a los que menos tienen cuando aparecen inequidades dentro del sistema. Un Estado que garantice la igualdad de oportunidades para todos sus integrantes por el solo hecho de ser ciudadanos sin discriminación alguna.

Lamentablemente Tucumán carece de un gobierno pluralista, republicano y que sea árbitro social.

No es pluralista ya que con sus acciones, desde la cooptación de dirigentes a la designación de quienes fueran derrotados en las urnas, tiene por objeto la sumisión y dependencia de estos seudos dirigentes a los designios del gobernador Alperovich.

No es Republicano, es más ni sabe lo que esto significa. Ha subyugado a el poder Legislativo convirtiéndolo en su escribanía donde muchos legisladores sabedores que de no ser por la voluntad de su amo (léase Alperovich) jamás hubieran llegado a la legislatura y para mantenerse no solo han supeditado sus intereses personales por sobre los anhelos y necesidades colectivas. Son cultores de la Genuflexión política y no auténticos representantes del pueblo. No conforme con esto pretende hacer lo mismo con la totalidad del Poder Judicial, así ha colocado en puestos claves de la justicia a innumerables personas por su tan sola y única condición de ser lacayos del Gobernador.

Tampoco es arbitro social por cuanto sus acciones están dirigidas no a la superación del ciudadano insertándolo en el sistema productivo sino a mediante el asistencialismo a secas mantenerlo sometido y/o cautivo a su voluntad, donde esa persona dejo de ser ciudadano y paso a ser un objeto fácilmente presionable máxime cuando en tiempos electorales se trate, de aquí el tema de la clientela política. Alperovich no trepida ante nada y no tiene empacho alguno en cooptar dirigentes de otros partidos por que detesta el pensamiento disonante.

Alperovich en Tucumán depuso; valiéndose de los recursos del Estado, recursos de todos los ciudadanos, al sistema democrático en una verdadera AUTOCRACIA o sea la culminación de una concepción autoritaria de gobierno basado en un poder personal absoluto y despótico.

Este gobierno cumple acabadamente las características de un régimen autocrático:
·         La autoridad recae sobre una sola persona sin ningún límite y cuya voluntad es la ley suprema
·         Como gobernante tomo el poder a través de la fuerza, no de la lucha armada, sino que manifestó su autoridad, apelando a la subyugación del ciudadano apelando a acciones psicológicas, económicas o políticas. Aprovechándose de los recursos estatales para cumplir su objetivo
·         Las elecciones y sufragio en la autocracia no hay una verdadera instancia electoral, es autócrata impone un régimen electoral tratando de imponer el criterio de partido único y sin garantías o posibilidades para la oposición. El voto si bien universal pero con ciudadanos que votan bajo presión de ver cortado su beneficio asistencial de no votar en un sentido determinado.
·         Busca la instalación de un único partido político. La oposición se ve ahogada y trata de que su actividad sea casi nula. Además, esta forma de gobierno reprime la oposición ideológica y acá un claro ejemplo es la Ley Antiterrorista que pretende reprimir la protesta social. En este régimen se restringen poco a poco los derechos humanos, o acaso no tenemos menos libertad de expresión, o de reunión o de asociación. Ya habrá oportunidad para que también se condicionen las expresiones artísticas, literarias y filosóficas.
·         No existe la separación de poderes. El poder ejecutivo absorbe la mayoría de las funciones del gobierno.

Este régimen en su pretensión de perpetuarse tiene un solo obstáculo y ha focalizado todo su esfuerzo en este sentido, el lograr la MODIFICACIÓN DE LA CLAUSULA CONSTITUCIONAL que impide su reelección de manera indefinida.

Para lograrlo debe tener encuadrados a todos los sectores internos del partido gobernante y de allí las designaciones seriales de ex candidatos de toda laya y pelaje en la estructura de gobierno. Continuar con la cooptación de dirigentes opositores, obstaculizar el accionar de los representantes de la oposición ya sea en la legislatura o los concejos deliberantes.

Por eso debemos decir las cosas por su nombre… en Tucumán no hay democracia real y Alperovich es un autócrata con una sola obsesión que es el perpetuarse en el poder. 

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